Alabado dice el Señor
Hijitos de Mi Corazón, os doy la bienvenida aquí en vuestro Santuario y ésta es la casa de Mi Madre. Os doy la bienvenida especialmente a todos aquellos que vienen por primera vez y también a todos aquellos que tienen dificultades, dolores y problemas en vuestras familias. Yo como vuestro Hermano, vuestro Padre que Soy, he querido hacerme presente para estar en medio de vosotros y darles la paz y la conformidad a vuestros sentimientos. Este es el tiempo que mi Madre había preparado. Tanto tiempo, se preguntaban sin Mi venida, pero mi Madre ha estado haciendo un largo trabajo de sembrar en éste camino de sacrificios, dolor y sufrimientos, para que Yo pudiera estar presente en medio de vosotros. Me he dado el tiempo para poder compartir un poco, mi amor de Hermano y Padre para ésta humanidad. Piensen que no todo el tiempo puedo venir, porque tengo muchas preocupaciones por el mundo entero. La tragedia que más me acongoja es ver la falta de Fe que hay en la humanidad y cómo la Iglesia se ha ido perdiendo día a día en ésta decadencia de la maldad, del odio y de las insidias que hay dentro de la Iglesia. Pero a vosotros mis hijos, a todos los del mundo, os pido oración y contemplación al Corazón Divino de Mi Santísima Madre, porque ella viene a prepararlos para la gran salvación del mundo. Estos son los tiempos difíciles que se venían diciendo tantos años atrás con tantas dificultades que hay. Pero no teman, porque el que tiene la Fe grande es aquel que ganará todas las batallas del gran adversario que es mi gran enemigo, que quiere robarme las almas de éste redil que ha sembrado el Padre Dios en la humanidad. Como Padre os amo y como Padre y Hermano traigo el consuelo de un Padre acongojado por vuestras almas. No desfallezcan, sigan adelante en la oración, continúen siendo verdaderos hijos de Dios, a pesar de los dolores que podáis tener y las dificultades de la familia, son purificaciones y santificaciones para vuestra alma, para éste camino, que muy pronto se irá a terminar. Todos aquellos que trabajan por el bien de los demás os digo serán recompensados. Recuerden que el cielo y la eternidad están a un paso de vuestras vidas por tantos años que han caminado al lado de Mi Madre. Mi Madre aquí presente os mira y bendice a cada uno, recoge vuestras lágrimas y vuestros sufrimientos y por lo tanto Yo Padre y además un amigo, al cual podéis encontrar todos los días de vuestra vida en el Santísimo Sacramento, también os acojo y cumpliré vuestros deseos que en éstos momentos pidáis de corazón en silencio. Os doy un minuto para que pidáis por todas las necesidades, para ver que el Cielo todo lo puede lograr en vuestros corazones. Yo sé cuánto me aman mis hijos, Yo sé cuántos de ustedes me aman eternamente. También veo sus debilidades como también sus fortalezas y cuándo la oración se une verdaderamente entre Mi Corazón y el corazón vuestro, Yo hago grandezas en esos corazones. No teman, Yo Soy vuestro hermano y vuestro Padre. Recordad que Yo Soy el Pan y Soy la Vida y he venido por ustedes para la salvación del alma y vuestra familia. Hijitos portaré todas estas necesidades y peticiones al Padre Dios para que Él pueda ayudaros, pero no tengáis miedo, seguid en ésta batalla. Queda muy poco para el triunfo y mientras más cerca sea el triunfo, más dificultad tendréis, pero ganaremos esta batalla.
Hijitos míos os digo que el Padre Dios ha querido hacerse presente para estar en medio de vosotros y especialmente para estar en medio de ustedes, mis hijitos. Vengo de la mano de mi Hijo para poder mostrarles que el Padre Dios es tan benevolente que permite ésta gran visita y puedan compartir en éste tiempo de cuaresma. Recordad que Yo soy el Corazón Inmaculado de la Encarnación del Hijo de Dios y pronto seré la Corredentora del mundo entero y por eso vengo a traer más dicha en vuestros corazones y poder compartir en éste tiempo de paz. Aprovechen este tiempo de poder repartir todas vuestras lágrimas y sufrimientos en éste mes de cuaresma porque el Padre Dios dará las gracias como ha prometido. Por la constancia y la perseverancia os digo tendréis bendiciones especiales para todos aquellos que concurran el Jueves Santo aquí. Os esperaré a las 9 de la noche en una Gran Cena. Hijitos serán bendecidos cada uno de vosotros. Recordad que el Jueves Santo es la presencia Divina de Jesús con sus hermanos en una fraterna comunidad como sois vosotros mi comunidad laica que está comprometida para salvar. Hijitos haced las peticiones para que mi Hijo las pueda presentar al Padre Dios.
Os bendigo en esta tarde a cada uno de vosotros mis hijos y hermanos en el Nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo y a todos mis hijos aquí presentes os dice mi Madre shalom, os amo y os espero.
Recordad que soy la Madre del Consuelo del Amor Eterno del Padre en medio de vosotros. Shalom mis pequeños, os amo.
Miriam