Hijitos de mi Corazón, en esta tarde que es muy importante para los cristianos en el mundo entero, es un día para mí hermoso de recordar y revivir, los momentos más hermosos que viví en los últimos tiempos en la tierra. Cuando los Ángeles vinieron por mí para llevarme hacia el Cielo, todos creían que había muerto, pero estoy viva en carne y hueso, sólo fui portada después de haber dormido un par de horas; mi Hijo me recibió en la mitad del camino, me llevó hasta los brazos de mi amado Señor Padre Dios, a quien yo amo y respeto y venero en todo momento, adoración que todos vosotros debéis de hacer inclinando vuestras rodillas y vuestras cabezas para estar ante la presencia de Dios Padre. Es maravilloso vivir aquí en el Cielo, pero en la tierra se viene a sembrar el camino de santidad. Son los momentos que os dije hace tanto tiempo, que los últimos tiempos viviréis cosas que nunca habéis vivido y las viviréis para entregar vuestra voluntad al Padre. Sobre la Santidad mis pequeños ya está escrito, cada uno viene a eso en la tierra, a luchar y trabajar arduamente para alcanzar la Gracia Divina.
Quiero deciros que tendréis vuestros sueños y premoniciones durante estos últimos tiempos, anotadlos, porque se irán cumpliendo como os dije. Hija, el sueño que tuvisteis era la verdadera representación que vosotros tendréis, después lo contaréis cuando sea el momento, pero, ese es el momento y la casita que tendréis junto a Él, para compartir por todos estos largos años que has vivido aquí en la tierra, compartiendo arduamente en este camino de amor y de esperanza, por esa entrega que habéis tenido con el Cielo, esa es la morada que te espera junto a tu padre querido Salvador, que te ha acompañado durante tantos años y será como un sueño, despertarás y te verás rodeada junto a aquellos que te han acompañado durante tantos años. Lograr la esperanza que el cielo ha querido es encontrar verdaderamente el Amor y la Misericordia del Padre en esta tierra. A través de dolores y sufrimientos alcanzaréis siempre todos vosotros la Gracia Divina, que es la Santidad; no tengáis miedo a entregar vuestro corazón al Padre Dios, no crean, no escuchen y ni piensen lo que digan de vuestra Fe, porque la Iglesia son todos vosotros mis hijos, los comprometidos a levantar esta Iglesia grande que fue formada por mi Hijo Jesús en los tiempos, hace más de 2000 años. La Verdadera Iglesia es el templo de Dios que tenéis en el alma cuando vosotros te comprometéis y confirmáis vuestra Fe. Debéis de seguir adelante en este camino de santidad; la confirmación de la Fe es tan importante porque os ayudará en los tiempos más difíciles, en la persecución que vendrá contra la Iglesia Católica en el mundo entero y aquellos que sigan y lleguen a la casa del Señor serán perseguidos, pero no temáis mis pequeños, porque a través de vuestra fuerza y amor al Padre Dios y las oraciones continuas y sacrificios, lograréis ser mártires de esta nueva generación de este tiempo; al llegar a ser mártires, podréis alcanzar todo lo que Dios ha permitido, pero también os digo, deberéis de acercaros a la comunión y estar en Gracia de Dios constantemente, orad en los horarios en los cuales el mundo no os interrumpa, dadle entre las 4 y 5 de la mañana el horario a Jesús en una intimidad profunda de oración, porque así podréis conseguir aún más. Los sacrificios vendrán más duros para todos vosotros, la Oración es la salvación y os dije una vez, aquellos que realmente levanten la mano, los verdaderos gladiadores y muchos de vosotros levantaron las manos, así deberéis de seguir, siendo gladiadores del Amor Divino de Jesús y de María y del Espíritu Santo el cual Él, os dará la fortaleza y la fuerza para seguir adelante. Sean todos Asuntos, para que alcancen esa Gracia Divina y puedan compartir el maravilloso mundo eterno de amor y de felicidad donde todos serán uno solo, junto con los corazones que Jesús quiso que formaran en este mundo.
Hijitos sean mi guardia de la milicia terrenal aquí en la tierra, para poder defender nuestra creencia, nuestra Fe. Cristo vivió y vivirá por siempre en nuestras vidas y será siempre el Rey de Reyes y Yo simplemente seré la Madre que comandará la gran milicia terrenal, porque a eso me ha mandado el Padre Dios, a formarla para poder desterrar la maldad del adversario en este mundo y en los corazones que aún viven en la oscuridad.
Hijitos, me siento feliz y complacida por toda la concurrencia y hoy, en este momento os pido, que solicitéis todo lo que necesitéis, en salud, problemas, dificultades, para portarlas al Padre Dios para que Él pueda conceder en voluntad divina. Hijitos, soy la Madre más feliz del mundo, porque no sólo tuve a Jesús sino que a todos mis hijos consagrados a mi Corazón Inmaculado, de esta Madre que os ama y os añora por siempre.
Id en la paz del Señor y os pido, un gran abrazo de amor y fraternidad para que llevéis y los portéis a vuestras familias. Id en la paz del Señor, os amo.
Shalom
Miriam