Mensaje de la Santísima Madre entregado el 19 de enero 2019 en Lonquén

Hijitos de mi Corazón, hoy os doy la bienvenida aquí a vuestra casa que es vuestro Santuario, donde permanezco todos los días de mi vida, para esperarlos con tanto amor a cada uno de vosotros,  especialmente hoy, un día muy especial, al ver a dos consagrados presentes aquí y a mis consagradas y religiosas que aún siguen en este camino de amor y de esperanza.

La batalla es grande mis pequeños y arduo el trabajo para seguir en el camino del Señor. Son arduas espinas, que debéis de caminar por este sendero, vosotros sabéis que sin la Fe que tenéis, muchos de ustedes habrían desertado de este camino, pero cada día debéis de ir aumentando vuestra Fe, porque el Amor de Dios lo llena todo y llena vuestras vasijas cuando aún se están quedando sin la Fe. Lo importante en esto mis pequeños, es que vayan creciendo día a día en el amor, en la caridad, en la comprensión y en la paciencia, porque este es el tiempo en que muchos de vosotros estarán perdidos, pero, si hay amor y caridad, Dios se va a manifestar y derramará a través de su Corazón, todo el amor que el Padre quiere dar y derramar a los demás. Ya es tiempo mis pequeños que os preocupéis de vuestra casa, de vuestros corazones y de vuestras almas de cómo están preparadas para recibir al Señor en esa morada para que El permanezca por siempre. Vuestros espíritus deben estar preparados para  compenetrarse con El de mi Hijo Jesús, porque Él quiere morar en medio de vosotros y vivir eternamente, no por un tiempo, sino para toda la vida.

A todos os digo, vendrán grandes sufrimientos para vuestra Iglesia y muchos quedarán sorprendidos aún más, pero no temáis, porque sólo el Padre Dios sabe cuándo parar todo esto, El limpiará la casa del Señor y podrán ver que, al tiempo, vendrán más vocaciones y sacerdotes que entrarán de nuevo al camino del redil del Señor. Vuestras oraciones son lo principal para mantener las almas y ayudar a sostener a los sacerdotes y religiosas, por ende os digo, hijitos de mi Corazón vosotros sois los gladiadores de la tierra, junto con los Ángeles del Cielo me ayudarán a sostener este mundo que sigue aún avanzando en una oscuridad y profundidad terrible, pero, sólo la Luz de Cristo podrá derramarse en toda la humanidad y despejar todas las dudas y oscuridades que viven mis sacerdotes y mis hijos predilectos.

Honrad a vuestros padres y madres, ya es tiempo que vayáis comprendiendo, recordad que los papás están un tiempo, debéis de aprovecharos, porque el tiempo se acorta y el tiempo como veis va avanzando rápidamente, vuestros padres son los cimientos de la Iglesia, por ende debéis de ser respetuosos y sostenerlos, porque un día llegaréis a ser padres y caminaréis por este camino. Amaos los unos a los otros así como lo dijo mi Hijo Jesús, así lo deberéis de hacer, con todos vuestros hermanos y en el mundo entero. Recordad sino hay amor, no habrá  paz y no habrá reconciliación; ámense y el enemigo se les arrancará de los corazones con el verdadero amor.

Bendición y paz y bien para todos vosotros, os espero el 2 de febrero a la misma hora mis pequeños.

Shalom

Id en la paz y no olvidéis orad por mi Hijo Jesús que triste está mirando cómo la Iglesia se va destruyendo.

Shalom mis pequeños, id en la paz del Señor.

Miriam

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