Mensaje de la Santísima Madre entregado el 3 de agosto 2019 en Lonquén

¡Ave María Purísima! ¡Sin Pecado Concebida!

Hijitos, hoy os doy la bienvenida a vuestra casa y vuestro Santuario, después de tan corta visita anterior, hoy os vengo a decir que  todo se cumple, se ha ido cumpliendo lo que se ha dicho y posteriormente vendrán los grandes acontecimientos, especialmente vendrán desde el Vaticano, no os asombréis, luego de haber estado tanto tiempo en medio de vosotros, viviendo los dolores y sufrimientos de vosotros, llevándoselos al Padre Eterno, me he dado cuenta que la humanidad seguirá sufriendo por vuestros mismos pecados que causan tanto dolor al Padre y El, con tanto amor los mandó a este mundo para que fuesen felices; ustedes mismos han contribuido a que la maldad crezca diariamente en este mundo tan ingrato para el Padre Dios; mira con amor a todas las criaturas y compara que incluso un perro es más noble que un ser humano, el perro puede volver, vosotros lo retáis, le pegáis, le gritáis y el perro vuelve a vuestros  pies, en cambio el ser humano es ingrato, es indolente y sinceramente no tiene la capacidad del perdón, realmente las creaturas más naturales, las más salvajes, tienen más corazón que vuestros corazones propios. Qué humanidad más grande ha sido esta, que ha tenido toda la tecnología del mundo, pero su alma se ha llenado de tanto odio, de tanta avaricia, que no le permite conciliar el amor y la caridad en vuestros corazones; vuestra mente ha ido creciendo como han ido creciendo todas las cosas informáticas, pero en el cielo no usaréis nada de informática, porque vuestro chip aquí en la tierra como vosotros decís, se cerrará por completo en el momento que cerréis vuestros ojos, y al cielo llegará el alma intacta, como Dios la quiere, para poder transformarla en amor y en muchas gracias para toda la humanidad. Serán muy pocas las que serán salvadas, pero si ,aquellas que queden, aún aquí, purgando en la tierra, tendrán doble tarea ,transformar su alma tan humilde para que Dios pueda trabajar y moldearla a su forma o simplemente entregarse al enemigo para poder vivir feliz y en corto plazo.

La Eternidad sólo la da Dios, sólo el Padre Dios les puede ofrecer la Eternidad, todo lo que venga del otro lado de la oscuridad, será tan corto y efímero que en un cerrar de ojos vosotros perderéis vuestras almas. Os dije una vez, sin la caridad y sin la humildad, no hay Fe, por eso trabajen arduamente, porque así podréis conseguir esa Fe tan grande para que lo sostengan en los últimos tiempos, pedid misericordia al Padre Dios, os señala en la humildad que vosotros tenéis en vuestros corazones, volved los ojos al Padre, doblad vuestras  rodillas, trabajad el perdón, porque es la única forma que podéis alcanzar la santidad, el perdón es el perdón que viene de lo más profundo de vuestra conciencia y del alma, para que así se pueda trabajar en una majestuosa unión celestial y terrenal. Recordad mis pequeños que el tiempo de vosotros no es el mismo, estáis a pasos gigantescos para que el Padre Dios mande a sus ángeles a la tierra a disciplinar todo lo que el hombre ha destruido y seguirá destruyendo.

Losl matrimonios en la humanidad están ya decayendo paso a paso por la falta de paciencia y de caridad, no hay ningún momento de amor y de pasión sólo lo ataca el odio y cuando hay odio, no se puede ver más allá, ni siquiera un grado de misericordia. Se separan y se apartan, pero os dijo el Señor lo que une Dios no lo separa el hombre y el que se separa bajo esa conciencia, serán ellos los que darán cuenta a Dios. Mirad a vuestros hijos, entregadle lo más básico que deis, es el amor, la esperanza  y la caridad, la humildad para ver como vosotros educáis a vuestros hijos, el Padre dijo una vez que, “Yo os doy los hijos para que les enseñen y los eduquen”, os juzgaré como papá como hermano como amigo y como hijo. Haced caso hijitos míos, el tiempo se acorta, mirad como está la naturaleza, esa es la gran señal que os está dando Dios que todo pronto llegará.

Las enfermedades aumentarán y el cáncer, os dije tiempo atrás, será lo que irá comiendo a la humanidad día a día, os digo, el cáncer viene del alma, cuando uno no saber perdonar y guarda su sufrimiento y no lo suelta, he ahí donde uno se enferma y el cáncer ataca al mayor órgano más débil que hay en vuestro cuerpo. Hijitos, haced caso os pido, volved al Santo Rosario, por lo menos os pido que lo hagan una vez por semana, tengan la certeza que es lo único que os salvará del gran adversario, id a misa, santificad el día del Señor, os pido de corazón porque después será tarde, hijitos de mi corazón os digo, os amo, os quiero y recordad que Yo Soy la Madre del Consuelo y de la Esperanza.

Shalom

Miriam