Hijitos no temáis a los acontecimientos, Yo estaré ahí para ayudaros, es hora que este pueblo vuelva los ojos a Dios. La arrogancia y la falta de fe, han permitido que el adversario haya entrado en esta causa, orad y no decaigáis en esta gran batalla, mis gladiadores. Los amo y estoy con vosotros.
Shalom. Myriam.