Ave María Purísima: Sin Pecado Concebida
¡Dios mío! A pesar de todas las grandezas que Dios da a cada uno de vosotros, os doy la bienvenida porque llegáis aquí a vuestro Santuario. Hijitos míos de mi Corazón, os digo, el tiempo que ha perdurado la paz, será una paz pequeña, seguid orando para que en vuestros corazones vaya creciendo el amor y la misericordia y que todo lo que venga de malo pueda ser desterrado a través de ese amor misericordioso que el Padre Dios os entrega en el corazón.
En estos tiempos difíciles, donde vamos perdiendo tantas criaturas, así el mal los ha ido conservando llevándoselos de a poco. Recordad que este es el tiempo del adversario, pero quedará tan poco tiempo para que el goce de esto, ya llegará el momento en que la Santísima Trinidad venga y reine aquí en la tierra. Primero tenéis que purificaros del corazón. Este el tiempo en que dijo el Padre Dios, que viviréis atesorando paz y amor y tranquilidad. Vuestros corazones han estado tan inquietos y arduamente, errados también por tantos dolores y sufrimientos, pero pensad, que la salvación es una sola, y a través de esa salvación aclamad al Padre Dios que venga y los consuele a vuestros corazones.
Yo soy la Madre del Consuelo, y hoy vengo con ese amor y esa paz para vuestros corazones. Recordad que soy la Madre del Consuelo, de la Paz y del Amor, atesoro a mis hijos, mis pequeños gladiadores en el mundo entero, así como vosotros estáis aquí, en muchos lugares donde yo me aparezco, ahí están arduamente en oración y en oración contemplativa. Volved a la contemplación mis hijos con el Sagrado Corazón de Jesús, porque este el tiempo que Él quiere que compartan con Él. Dadle el trono que se merece en vuestros hogares. Pues bien, El es atesoradamente el Amor Misericordioso, a cada uno de vosotros derramará mucho amor y bendiciones. En el tiempo que viváis aquí en la tierra, vosotros sufriréis y también viviréis cosas grandes y de mucha alegría. Recordad que el amor misericordioso derrama sobre vosotros grandes abundancias y mucho amor a todo el mundo. Orad por aquellos que viven totalmente desamparados y viven totalmente alejados del Corazón de Jesús, mi Hijo que eternamente os mira, os atiende y escucha vuestros llamados. Este Corazón de Madre mira los sufrimientos de cada uno de vosotros y os atesoraré en mi Corazón, llevaré todos vuestros corazones al Padre para que Él pueda salvar y sanar aquellas heridas tan grandes, entregad todo. El año que pasó fue un año tan decisivo para muchos. Hoy es un año de esperanza, un año en el cual se vive en gracia porque es casa, lo rodearéis con el amor y toda la paciencia, recordad que los ciclos se terminan y hoy comenzará una nueva esperanza. Hoy como este día que os cité acá, comenzará una nueva esperanza en la Fe. Muchas Iglesias irán decayendo de apoco porque los sacerdotes y religiosas han ido abortando su fe, al abortar su fe hacen perder verdaderamente los corazones de sus fieles. Yo mi pequeño Salvador os digo, te digo nuevamente que estáis en gracia por la tenacidad y fuerza que ponéis por esa lucha constantemente que tenéis con el adversario. Así a todos os tocará en la gran lucha de la partida de este mundo, porque el adversario os atacará al final de los tiempos, cuando ya llegue el momento de vuestra partida. Los gladiadores se forman a través de la fuerza, haced que vuestro escudo sea el corazón, para que ese corazón no sea penetrado por la maldad, haced que vuestra lanza sea la paz y la esperanza y haced que todos vuestros movimientos sean con la misericordia de Dios. Gladiadores de mi Corazón, os pido arduamente, seguid la lucha, seguid avanzando, los regalos vendrán Yo os prometo como Madre que soy del Consuelo y de la Esperanza, repartid a vuestros corazones y a vuestros familiares vuestras grandes penas y luchas. Sé que muchos sufrís por vuestros hijos aquellos que no están en el camino de la fe, pero no temáis, porque vuestras oraciones son siempre escuchadas y en el momento que vosotros partáis, Dios se encargará de transformar a cada uno de los suyos. Que os quiero decir, que Mamá os ama de todo corazón, especialmente a aquellos que son mis consagrados, especialmente aquellos que abandonan el camino del Señor, aun los atesoro, porque no han sido fuertes, han sufrido y han vivido y han caído pero no han encontrado verdaderamente el camino. Orad por aquellos que van quedando atrás, porque de ellos también podrá ser la salvación del mundo.
Hijitos de mi corazón, os digo, os amo y os espero el primer sábado de marzo.
Os digo, que este tiempo ocupadlo en oración, ocupadlo simplemente en convertir más almas para el redil de mi Hijo. Salid, evangelizad, es el tiempo en que mis gladiadores tenéis que empezar a trabajar arduamente para el redil de mi Hijo. Soy la Madre del Consuelo y esta tarde os pido que en silencio pidáis para portar las oraciones al Cielo.
Hijitos, la esperanza está y os digo, que Dios atesora a cada uno de vosotros. Sed firmes, escuchad la voz de mi Hijo en vuestros corazones porque El está hablando a cada uno de vosotros en vuestras vidas, escuchad con el oído del alma para poder estar en contacto con Dios.
Os amo mis pequeños, id en la paz y os bendigo en esta tarde, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, os bendigo, id en la paz del Señor y recordad el primer sábado de Marzo estaré aquí a las tres de la tarde.
Shalom
Myriam