Siempre en la Vida hay una oportunidad de mejorar vuestras actitudes y Dios permite ese cambio para demostrar que se puede ser mejor cada día, y es ahí donde Dios se manifiesta con su amor y su misericordia, y en la misericordia está la benevolencia de un Padre que ama a sus hijos y siempre espera que cambien de vida.
Yo amo a todos mis hijos de este mundo con sus debilidades y virtudes, y ¿por qué los amo?, es qué creo y tengo confianza en que muchos cambiarán, y así los sufrimientos irán transformando esos corazones duros y serán más humildes de corazón, y Dios les volverá a dar paz a sus vidas.
Os amo, espero y creo en vuestras verdaderas conversiones.
Shalom. Myriam