Hijitos de mi Corazón, os doy la bienvenida en este día muy especial, que es el día escogido por vosotros de la Misericordia, por ende os digo, apiadaos de la Misericordia de Dios, por las fuertes oleadas que vendrán de enfermedades y muertes en este Planeta. Mirad cómo el tiempo está y mirad como las cosas suceden, sabed, que los tiempos de Dios se están cumpliendo en el plazo que El ha establecido, mirad con asombro cómo la humanidad se está perdiendo en una simple enfermedad que baña de tiniebla a todos esos corazones que aún no entienden que viven en oscuridad.
Veo cómo los políticos en el mundo entero, no preservan lo que es la naturaleza sino que ellos viven sobre la economía y la conveniencia de cada uno de ellos. ¿Qué se puede esperar para poder regir a las Naciones, para poder vivir en paz y salir adelante? Cuidado con los atentados que vendrán, el sol se pondrá más fuerte y volverá a haber grandes incendios en distintos lugares, pero no serán provocados por el hombre sino que por el Planeta Sol que estará mandando grandes señales de alerta para la humanidad, con fuego que caerá. Os digo, que lloverá lluvia de fuego. Atended rápidamente este llamado que es urgente para la humanidad. Volved los ojos a Dios porque de ello depende mucho la salvación de los pequeños hijos que han traído al mundo. Aprontaos para grandes problemas que vendrán en el mundo entero. Atended mi llamado de Madre, que me aflijo al ver como mis hijos que creen en Dios viven asustados y atemorizados. No tengáis miedo, solo pensad que Dios os fortalecerá en las grandes adversidades de este mundo, mirad hacia el Cielo, volved los ojos a Dios, poned vuestras rodillas en el piso y haced vuestros corazones humildes y mansos para que el amor de Dios pueda transformar en vuestras vidas, toda esa grandeza que tenéis como ser humano, que el tiempo y el adversario los ha ido perturbando.
Jóvenes de esta humanidad, atended este llamado de una Madre que se fija en los pequeños porque mira en Jesús cuando El tenía diecisiete años, cómo El amaba la humanidad y la naturaleza, pues hoy la destruís vosotros, con vuestros pensamientos y vuestras actitudes. Volved los ojos a Dios os digo, pensad que Dios está en medio de vosotros, pensad que Dios habita en vosotros y Yo como Madre que soy, Madre Virginal y Terrenal os cobijo en mi Corazón, muy profundamente a todos vosotros.
Hijitos míos, seguid orando, no os apartéis de la Santa Comunión, salid a buscarla, salid a encontrar a Dios en la Partícula de Amor y de Gracia que El entregó para la humanidad, que eso será la salvación. Preparar vuestras maletas, tener todo listo y preparado para lo que se avecina.
Atesorad a vuestros ancianos que es de ellos que aprenderéis todo, porque de ellos se está perdiendo toda la esencia natural de la formación y del respeto que hay en la humanidad.
Amaos y respetaos, sed mansos de corazón y humildes, para que Dios pueda actuar en cada uno de vosotros, no tengáis miedo, seguid adelante y confiad en Dios y en todo. Shalom. Shalom Madre mía. Shalom. Myriam