Hijitos de mi Corazón, os doy un saludo de amor y paz para todos vosotros en el mundo entero. Como Madre y Esposa e Hija de Dios os mando mis bendiciones, especialmente a aquellos que vivís en agonía en estos tiempos de la oscuridad. Recordad que el tiempo es de Dios, aunque sea de Dios es el tiempo también para los reencuentros de amor y de esperanza en este camino.
Hijitos, no hay vida, no hay vida si no tenéis a Dios en vuestros corazones, por más que queráis cegaros en sí, que el tiempo lo manejáis vosotros, no es así, el tiempo verdaderamente es de Dios, y cada día que pasan los días, los meses y los años se van acortando más y Dios se acerca hacia vosotros esperanzado que vosotros también os acerquéis a El, para llegar a culminar ese encuentro entre Hijo y Padre.
Vendrán grandes acontecimientos y muy dolorosos para la humanidad, no quiero asustaros pero siempre os dije que hay que prepararos para cualquier evento y eventualidad que haya en el mundo.
Todo lo que está pasando, se está dando y día a día se está llevando a cabo, esperad y gozad en la Gracia de Dios mientras podáis, pero recordad que va a llegar un momento que el Señor os pedirá muchas cosas, y espero que vosotros podáis cumplirlas. Vivid y gozad en estos momentos, aprovechad a estar en familia, reconciliaos con aquellos con los que vosotros estáis molestos porque Dios quiere vivir y morar en medio de vosotros en un momento de amor y cordialidad, sólo espero y confío en vosotros, porque vosotros sois los elegidos y escogidos, así como también he escogido a muchos en el mundo.
Esperad el tiempo para poder reconciliaros con los seres más queridos, porque el tiempo es corto y nuevamente ya los Sellos están abriéndose poco a poco.
Hijitos, los mares se moverán, los vientos crecerán, la tierra se moverá y muy fuerte, pero espero que así como habéis estado en estos tiempos de Fe, podréis saltar los obstáculos que Dios os pone; confiar en Dios y vivir para Dios es la salvación para la humanidad.
Os amo, os quiero, os espero.
Shalom. Myriam.