Mensaje de la Santísima Madre entregado a Ximena Vidal el 09 de Julio de 2022 en Lonquén (Chile)

¡Ave María Purísima!  ¡Sin Pecado Concebida!

Hijitos de mi Corazón os doy la bienvenida y veo el gran esfuerzo que habéis hecho para llegar hasta acá, a esta Casita de Nazaret.

Hijitos de mi Corazón, hoy es una fecha especial, quiero deciros, así, muchas veces, que Yo vengo a advertiros de todos los acontecimientos que van a suceder, especialmente en este tiempo tan difícil para la humanidad.

Os quiero decir que nuevamente se abren Siete Sellos más, que son los Siete Sellos del Apocalipsis. Vendrán  grandes meteoritos y lluvias de meteoritos que caerán y azotarán  gran parte del mundo;  vendrán esos aluviones que sería el Segundo Sello, los aluviones con los cuales desaparecerá más cantidad de gente, habrá grandes inundaciones y así irá sucediendo; El Tercer sello serán  los terremotos y los temblores que azotarán sobre todo  Sudamérica.

Hijitos, os dejo estos tres para que vayáis pensando que a la humanidad le queda poco tiempo, aferraos a la Oración y a la Contemplación al Corazón de Jesús Sacramentado. Mi Hijo siempre está ahí esperándoos a cada uno de vosotros, atesorad la Santa Eucaristía porque quedará muy poco para que la podáis llevar y gozar en vuestros corazones.

Recordad que el adversario está trabajando arduamente en las mentes de toda la humanidad, especialmente en aquellos que no tienen a Dios en su corazón, hacen sus nidos para poder obrar con la maldad. Salvad a los niños, a aquellos que aún tienen sanamente, sus corazones son sanitos, haced que ellos miren a Dios con amor y lo atesoren porque de ellos será la futura Jerusalén.

Este es el tiempo que Yo pedí,  que ya es tiempo que empecéis a juntaros y de que empecéis a vivir en las comunidades. Buscad los altos cerros para poder sobrevivir, vendrán esas grandes inundaciones donde el mar y los lagos se llenarán, empezará a desaparecer gran parte de la tierra. Veo con qué sufrimiento y agonía habrá almas que pedirán ayuda a Dios y nunca estuvieron cerca de El  ¡Qué pena!  Pensar que el Cielo prometió no más desastres, pero los desastres los han hecho los mismos hombres en esta humanidad, han apurado todos los acontecimientos, especialmente cuando vieron los Siete Sellos de las enfermedades.

Hijitos míos, atended, así como Verónica atendió a mi Hijo en la caída y puso ella su mantilla en su rostro, así deberéis ser con vuestro amor y caridad para los demás, eso es caridad, eso es compasión, eso es amor por el prójimo, haced de cuenta que cada uno de vosotros tenéis esa facultad, haced que puedan llevar a esos corazones tan frágiles, llevarles un poco de amor, de compasión y caridad, vuestra salvación está en eso.

Mirad que aquellos que miran con otros ojos al hermano o al caído, son aquellos que le rendirán cuenta al Señor y aquellos que lo hagan con amor y con caridad, serán salvados por su amor y su humildad.

Hijitos de mi Corazón, puedo advertiros una cosa, sólo lo que Dios puede y lo que Dios quiere en estos momentos, El llenará vuestras vasijas de amor y  abundancia de bendiciones, no tengáis miedo a proceder y a seguir adelante con las cosas, porque el Cielo os dará todo si vosotros lo pedís con amor y con mucha fraternidad para los demás. Recordad que siempre se ha dicho,  que debéis dar hasta que duela, no importa hijo, sólo eso basta para seguir en el camino del Señor, sed generosos, ayudaos unos con otros porque cada día será más difícil de vivir en esta humanidad, que ya no queda mucho para que el Reino de los Cielos venga aquí a la Tierra y el Señor de los Señores se siente en su Gran Trono.

Hijitos de mi Corazón, en esta tarde os pido orar por aquellas almas que han partido en este tiempo, orar por dos enfermos en especial, Lili  Becerra y el otro joven que es Cristian Briones por su salud  especialmente, si Dios lo quiere lo puede restaurar, sólo depende de su corazón y de su buena voluntad que haya tenido en este tiempo.  Ximena pide por sus allegados y por la salud de aquellas almas que le han sido  encomendadas.

Hijitos míos os doy la bendición y recordad que sin Dios no seguiréis viviendo como habéis vivido antes, atesorad a Dios en este último instante, aferraos, volved los ojos a Dios, decid todas las deudas que tenéis con el mundo, perdonad, porque Dios perdona a todo el mundo, sed generosos y abrid vuestros corazones porque la lealtad es lo fundamental, cuando Dios ama, El es leal con vosotros y vosotros sed leales a Dios.

Os digo, atesorad a mis hermanas que han llegado para formar mi linda Comunidad. Os dije, nada os faltará, sólo Dios os dará toda la fuerza, y si vosotros tenéis la voluntad de seguir adelante, hacedlo, seguidla, porque Yo estaré comandando esta, vuestra voluntad.

Hijitos de mi Corazón, en esta tarde os doy la bendición y os digo que os amo  en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.  Id en la paz del Señor y recordad que siempre Dios está con vosotros, vosotros debéis estar en Dios.

Shalom mis pequeños.

Myriam.