Mensaje de la Santísima Madre entregado a Ximena Vidal el 04 de Noviembre de 2023 en el Santuario de Jesús Misericordioso de Santiago de Chile (Chile)

¡Ave María Purísima! ¡Sin Pecado Concebida!

Hoy he venido con nuevos vientos, y estos vientos me traen con mucha tristeza y amargura, pues, está asolando el viento de la amargura en todas partes del mundo, incluso en los hogares y en todas las instituciones. El adversario quiere atentar contra todo el mundo, matar la Fe en los corazones de aquellos que viven en Oración constante, pero quiero deciros que no sólo en los que rezáis está presente, porque os dije una vez que el tiempo de Dios lo tiene todo claro y escrito para poder llevarse a aquellas personas en el momento preciso. Les digo mis pequeños, estos tiempos de angustia, de amargura y de desolación son los que se están repartiendo en la humanidad completa.

Pido Oración especialmente por Palestina, el dolor es muy grande, ver como los niños y los ancianos están perdiendo la vida por el hecho de una codicia tan grande de poder absoluto, la abominación del demonio ha tentado en las almas de todos aquellos que están trabajando con el adversario ¡qué pena!

Orad para que Estados Unidos no intervenga porque así se juntará todo el Oriente y atacará todo los que es el lado de Occidente.

Qué pena que  me da que la guerra es inminente, más la guerra espiritual que tenéis constantemente.

Os pido Oración por todos aquellos que partirán muy pronto, y algunos inesperadamente, otros agónicamente.

Os pido mucha atención en estos últimos meses de aquí a diciembre, sed generosos, sed caritativos y solidarios con todos los demás, porque vendrán momentos muy muy difíciles. Nuevamente para el próximo año vendrá una nueva pandemia y esa pandemia terminará con gran parte del mundo, sobre todo los pequeños que son los más débiles en esta humanidad.

Hijitos de mi Corazón, recordad que el Santísimo está expuesto. Os digo, no todo aquel que va a la Iglesia y dice Señor, Señor, llegará al Reino de los Cielos. Recordad que los corazones son los más esenciales en este camino, la humildad y la caridad, todo aquello que dije Yo años atrás que deberéis de cuidar, atesorar la humildad y el corazón es lo más importante, porque la humanidad carece de la humildad, carece de la caridad en este tiempo, se están perdiendo viviendo solamente en un orgullo que es de poder y de salvación únicamente y unilateralmente. Qué pena me da ver el egoísmo enorme que está en la humanidad, pero no tengáis miedo  porque Yo prometí a muchos de vosotros que Yo vendré por  vosotros el primer sábado de cada mes y así lo haré porque es la promesa del Cielo. Aquellos que no hicieron la promesa años atrás os digo, por seguirme en tanto tiempo os prometo llevaros el primer sábado de mes en un  gran sueño muy profundo del cual despertaréis en los brazos de Mi Hijo Jesús.

Hijitos, éste es el tiempo difícil,  no decaigáis,  seguid adelante, porque estos vientos se tienen que renovar, y estos vientos de dolor y de sufrimiento que ha causado el malhechor, el gran adversario, es porque muchos han permitido que esto sucediera, le han dado cabida, le han dado entrada a los pensamientos y al corazón. Recordad que la mente y el corazón le pertenecen al Padre Dios.

Atención con vuestra Comunidad, atención con vuestro País, seguid orando para sostener la Patena de este País, para poder mantener la paz y terminar como corresponde.

Habrá muchos sicariatos más dentro de Ministros  en Sudamérica, y quedará enormemente marcado que el demonio siempre tienta al bien.

Hijitos de mi Corazón, os doy la paz porque al final  la recompensa es hermosa.  Luchad, luchad por vuestra familia, orad por vuestra familia para que todos puedan alcanzar la Gracia Divina, recordad que donde haya dos o tres, dos se irán y uno quedará o uno se irá y dos quedarán, mirad a vuestra familia, a quien el Señor podrá escoger… Atención  para que sigan orando.

Mis pequeños, doy las gracias por asistir a este llamado. Os digo, os veré el próximo mes, el primer sábado a las cuatro de la tarde.  Shalom mis pequeños.

Shalom.  Myriam.