¡Ave María Purísima! ¡Sin Pecado Concebida!
Hijitos, os doy la bienvenida con mi Corazón lleno de Gracia, os bendigo a cada uno de vosotros por el esfuerzo que hacéis al venir hasta acá. Mi Corazón de Madre os dice que deberéis de preocuparos en este tiempo en vuestros corazones y en vuestras mentes, porque el adversario está atacando duramente a los hogares y especialmente en vuestras mentes para poder sacaros del estado de Gracia, de la Paz y de la Oración. Sed fuertes, constantemente os pido en el mundo entero que no dejéis de orar el Santo Rosario porque es vuestra salvación, no me importa si es en la mañana, en la madrugada o en el día, pero podéis hacerlo y hacedlo con amor y devoción para que las Oraciones al Padre puedan llegar como Dios quiere que sea, entre una rama de amor y de cadena de amor y de abundancia en bendiciones.
La verdad de las cosas mis pequeños, en este tiempo tan difícil para el mundo entero os dije, todos los acontecimientos irán pasando como ya se están dando, estamos casi al Apocalipsis, y de verdad que muchos piensan que pueden sobrevivir en un tiempo más. Muchos de vosotros irán partiendo de a poquito, otros quedarán para poder ayudar y seguir adelante, es lo que tiene para la salvación del mundo. Veo con tristeza cuanto niños perecerán, irán muriendo poco a poco, después los ancianos y los de la tercio medio. Qué tristeza veo, porque la humanidad aún no ha entendido lo que Dios quería, el hombre se ha apoderado de todo, dejando de lado al Padre Dios y a todos, se han olvidado de la gran Fe, del Amor y de la Esperanza que Dios puso en cada uno de vosotros en este tiempo. Usad vuestro juicio, usadlo hasta el final de los finales, me refiero a ser juiciosos, deberéis de ser conscientes en todo lo que hacéis, si predicáis actuad como tal, sed juiciosos en lo que vosotros vais a hacer y pensar y anular o escribir, y todo lo que deberéis hacer en esta humanidad. Todo lo malo debe ir quedando atrás para poder alcanzar la Gracia Divina, para que el Juicio final sea preciso y corto para vosotros, aquellos que no se arrepientan de corazón, no tendrán salvación, sino que será un juicio muy largo que muchos padecerán tal vez en la tierra o en el Purgatorio. Todos dicen que no existe el Purgatorio, existe, aquí en la tierra es parte del infierno, y en el Cielo antes de llegar tendréis que pasar por una gran sala donde tal vez estaréis días, semanas o años, depende cómo habéis actuado. Con pena os digo, de seis de la familia, cuatro serán llevados y dos quedarán. De doce, quedarán ocho y el resto se irá. Recordad, orad por ellos que siguen perdidos, orad por vuestra familia, porque depende de vosotros, que los que estáis en la Oración, sois los que comandáis vuestra nave que llevará muchos al Cielo.
Hijitos de mi Corazón, tendedle la mano a todo el mundo, especialmente a aquellos que viven con agonía y desesperanzados de esta humanidad. Recordad que vienen momentos difíciles, seguid luchando, confiad en Dios, llamad al Espíritu Santo, que El viene y los puede ayudar a cada uno de vosotros. Vosotros sabéis que el Espíritu vive en medio de vosotros, sólo debéis de abrir el corazón y ser con El pacientes, ser cariñosos y ser sublimes a la voluntad de El.
Hijitos de mi Corazón, en esta tarde os digo, sed juiciosos en todo, hoy explicaré para que no cometáis los errores que muchos esperan que cometáis. Deberéis ser astutos, estar pendientes y alertas, como el águila al acecho del adversario, así os quiero a todos en este tiempo.
A mis Hijas Consagradas en el mundo entero os pido un último intento, seguid orando y pidiendo por Vocaciones para que lleguen a las Comunidades que están desapareciendo. Veo con tristeza que ya no habrá Claustros, ya no va a haber Monasterios, porque el mal ha hecho que se desplieguen y se destierren en distintos lugares, pero qué mejor que un Claustro en el corazón de vosotras, sed vosotras el Claustro que Yo pido en Oración y Santificación para todos los demás.
Os bendigo en esta tarde y os digo a los enfermos que tengan Fe, mucha Fe, porque el tiempo de recuperación ya viene para muchos de vosotros. La mente juega, el espíritu queda vacío cuando uno se deja llevar por la mente. Recordad que Dios es el que maneja y rige vuestras vidas. Sólo a El deberéis de temer, al adversario no le temáis porque vosotros sois más poderosos, tenéis el Bautismo, tenéis la Confirmación y tenéis los Sacramentos que el no los tiene.
Hijitos míos de mi Corazón, os doy una tarde llena de bendiciones y seguid adelante, no tengáis miedo porque aquí esta Madre está para ayudaros a cada uno de vosotros.
Los Angeles comenzarán a bajar para cuidar muchos lugares Santos, porque se viene la gran batalla de los Credos y ahí estamos nosotros luchando contra el adversario. Orad, Orad y orad. Sed fieles y no olvidéis el Santo Rosario que es vuestra salvación.
Shalom mis pequeños, Shalom.
Myriam